Llevaba casi 10 años fumando dos paquetes de tabaco diarios y también bastante hachís.
Vivía (y vivo) rodeado de fumadores de tabaco y cannabis, fumadores en su mayoría compulsivos y orgullosos.
Aceptaba que el tabaco y el cannabis dictasen multitud de facetas de mi vida social, laboral y privada.
No veía ninguna salida a mi(s) adiccione(s) y ya me consideraba abocado a la enfermedad crónica y al fracaso personal por mi falta de constancia y de fuerza de voluntad.
Hasta que comprendí, casi por casualidad, una verdad incuestionable:
NO HACE FALTA FUERZA DE VOLUNTAD PARA DEJAR DE FUMAR.
Al contrario: hay que tener fuerza de voluntad para seguir fumando.
Conque, después de tantos años, y de un día para otro, di la gran sorpresa a mis amigos, a mi familia, a mi novia diciendo adiós a la asquerosa adicción.
Los dos primeros días fueron intensos: experimenté una ansiedad desconocida por mí hasta entonces y encontré en este foro muchos testimonios de consuelo.
El tercer día ya no tenía suficiente cara para llevar la sonrisa que se me puso. Sonrisa de satisfacción de ver cómo acababa de despertarme de un mal sueño, de ver cómo mi autoestima se había disparado, de cómo en cuestión de horas me había vuelto más activo, menos fatigadizo, mi piel se tornó suave, mi olor atractivo, se desvaneció como por arte de magia la dichosa tos que creía crónica, y la calderilla volvía a acumularse sabrosa en mi cartera.
Desde entonces he vivido momentos malos, es cierto, de hecho en estos últimos nueve meses me he quedado, por otros motivos, sin trabajo y sin novia, he rozado la depresión sí, pero en ningún momento he vuelto a recurrir al cigarrillo o al porro. También he vivido momentos de gran regocijo y he salido bastante de fiesta pero nunca he sucumbido a la tentación del humo y cada día que pasa me siento más orgulloso de mi decisión y de cómo la he mantenido contra viento y marea.
A todas las que lo habéis dejado deseo deciros ENHORABUENA y no flaqueéis, sed adictas a la salud.
Y a las que lo quieren dejar, sobre todo a las que se sienten agobiadas y no ven luz al final del túnel:
ÁNIMO!! ¡¡ES INFINITAMENTE MÁS FÁCIL DE LO QUE PARECE!!
Unos consejillos:
1 - Durante la semana antes de la fecha que fijes para dejarlo, oblígate a fumar más de lo normal, por ejemplo encendiendo un cigarrillo inmediatamente después de apagar el anterior. El "extra" de asco que le acabes cogiendo al tabaco al hacer esto te ayudará mucho más cuando llegue el día de dejarlo.
2 - NO TE ENGAÑES PENSANDO QUE REDUCIR EL CONSUMO SIRVE PARA ALGO, porque es mentira. Fuma lo que tu adicción te pida, reducir el consumo es un sacrificio absurdo y contraproducente. Cuando lo dejes, lo entenderás.
3 - Una vez lo hayas dejado come mucha fruta (es el único sustituto válido) y también frutos secos (sin abusar si no quieres engordar), pero sobre todo HAZ DEPORTE, muévete, aunque sólo sea subir y bajar escaleras varias veces. EL SUDOR ES EL ANTIDEPRESIVO MÁS EFICAZ (el propio obviamente
4 - No dejes de frecuentar a tus allegados fumadores. Ver el estado de sumisión en el que se encuentran te ayudará a reafirmarte en tu decisión.
5 - Si eres ex-fumadora y quieres convencer a algún ser querido de que deje de fumar, lo mejor que puedes hacer es cerrar la boquita. Supongo que esto lo sabréis por experiencia propia como fumadoras, no como ex-fumadoras: tratar de "convencer" no sólo no sirve para nada, es contraproducente.
6 - Creo que la mejor actitud ante un ser querido que fuma es la siguiente: hacerle ver de una manera muy muy sutil y desenfadada las innumerables ventajas de haber dejado de fumar y, al mismo tiempo, alentarle también sutilmente para que fume más, por ejemplo, si después de comer tarda en encender el cigarrillo preguntarle "pero ¿no vas a fumar? venga enciende uno" ES PSICOLOGÍA INVERSA Y FUNCIONA.
Bueno perdón por el coñazo y mucho ánimo.