Normalmente sabemos cuándo estamos haciendo las cosas mal. Puede que alguna de nosotras tenga retención de líquidos, las hormonas aceleradas, o algún otro problema que le haga coger peso sin comer pero, en general, no nos engañemos, con el embarazo comemos más y comemos peor. No nos apetece cocinar, y lo más fácil es hacer pasta, cosas con puré de patata, pizza, cuando no un bocadillo de queso, que parece tan inofensivo... y nos lanzamos sin remordimientos a todo tipo de postres, pasteles, chocolates, chuches....
La báscula, la comadrona y el gine acaban por decirnos "le voy a dar una dieta de 2.000 kcal, porque ha ganado usted mucho peso" y, en realidad, no nos sorprende, porque la mayoría tenemos báscula en nuestra casa, y espejos.
He contado en otra charla mi experiencia a una chica que quería saber cómo hacer dieta durante el embarazo. No quiero repetirme con mi caso particular. Ahora iré a generalidades que, tal vez, os sirvan de guía.
-Engordar forma parte de estar embarazada... llevas un niño dentro, líquido, un útero del tamaño de una ciruela que pasa a ocupar lo que una mochila, los pechos crecen... sí pero no puede ser una excusa. Hay una cantidad de peso que cogemos por nuestras circunstancias biológicas y otra cantidad se debe a los caprichitos que nos damos. Ahí es donde os puedo aportar mis conclusiones, que me han funcionado en propia carne.
-Restringe el pan, las patatas, el arroz, la pasta... y los que tomes, escógelos integrales. Cómelos mejor en la primera mitad del día -si vas a tomar arroz, hazlo en la comida, no en la cena
-Olvídate de la bollería, los bizcochos, las galletas, los caramelos... las excepciones son eso, excepciones. Puedes tomar un trozo de tarta excepcionalmente, una vez a la semana, como mucho.
-Cocina a la plancha, al horno sin demasiada grasa o cocido. Evita las comidas muy elaboradas (si vas a comer carne, no hagas un guiso, prepárala a la plancha con verduritas también salteadas)
-Evita el jamón cocido, la pechuga de pavo o pollo... tienen más azúcar del que crees. Y el queso... huye de él. Como mucho, una vez a la semana. Tiene mucha grasa. Cosas del tipo del chorizo o la mortadela ya ni os cuento
-Nada de zumitos. La fruta se come entera. Un buen zumo de naranja lleva tres o hasta cuatro piezas de fruta pero ¿a que no te comerías cuatro naranjas para desayunar? Y no os paséis con la fruta, alguna engorda bastante (echad un vistazo en Internet)
-La leche desnatada, y sin pasarse. La leche engorda terneritos y los convierte en vacas... yo tengo un truco: siempre le pongo la mita de agua y la mitad de leche desnatada al cazo en el que caliento la leche. Así tomo la mitad, aunque disfruto igual del desayuno... otro truco: las tostadas del desayuno, con mermelada light pero sin mantequilla. Y otro más: mascad chicle, sobre todo de menta o sabores fuertes, y más en horas en las que sabes que te apetece comerte un bollo o un chocolate... te quita las ganas de tomar esos dulces porque saben peor al haber estado mascando hierbabuena o menta... Y por último, venden unas chuches de gominola sin azúcar. Yo siempre me tomo una (una, no una bolsa) muy lentamente al final del día, después de la cena. Es un regalito dulce que a penas tiene 5 calorías... me río y ya se gastan, pero en cambio si la vas chupando lentamente dura varios minutillos.
Estas pautas a mí me han funcionado. Por supuesto, pasas ganas de comer, pero controlas lo que engordas. No se puede tener todo en esta vida...
Suerte.