Un mes operada. mamas tuberosas. dr. cruz gimeno. álbum.

Felicidades!!!
HolA! Yo soy de Argentina y tengo el mismo problema, ayer tome un turno para operarme y estoy muy feliz!! No se que puedo esperar pero estoy mas que conforme con la decision de mi cirujano, espero todo salga bien!
Si no es molestia puedo pedirte la clave para tu album asi veo como son los resultados? Que tamaño decidiste ponerte?
Desde ya te super agradezco y te mando un beso!

Claroooooo
claro que tiene remedio!!! yo era grado II ahora te mando privi con la contra y me dices qué te parece! ah y soy de barcelona jeje

Claroooooo
claro que tiene remedio!!! yo era grado II ahora te mando privi con la contra y me dices qué te parece! ah y soy de barcelona jeje

Recieen operadaa
Buenaaas!! Me alegro muchisimo lo primero de que estes tan contenta.. Espero estarlo yo tambien cuando vea los resultados ya que hace unos dias que acabo de operarme de mamas tuberosas y me encantaria poder ver tus resultados, el problema es q soy nueva por aqui y no se como funciona lo de los albums.. Un saluudooo y gracias

Recién operada!!
Hola! Te cuento que el lunes 15 de septiembre me realizaron la misma operacion que a ti. Mi doctor optó por colocarme 385cc. Aparte de eso realizó extracción d un tumor. Gracias a Dios todo excelente y mi recuperación va en pié.. Pero debido a la inflamación mis senos los noto algo extraños, te agradeceria la contra de tu.album y ver tu resultado. Me da pavor q no queden bien

Contra plis...
Laigarai Enhorabuena chica!!! No sabes cuantos ánimos dan post como el tuyo... me opero en diciembre de tuberosas también. Me pasas la contra?

Woww
Que pedazo historia, gracias por compartir esa experiencia, sobre todo para las que aun estamos a las puertas, pasame contra y te piropeo por privi.
Enhorabuena

Hola
Me pasas tu contra , me he visitado con Cruz Gimeno `pero aún tengo dudas..gracias

Ya la tienes

Acabo de actualizar álbum
con fotos de los 3 meses por si os interesa. Quienes no tengan la contraseña que no me escriban aquí para pedirla, que me manden un privado que sino no lo veo.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

Feliz
Me alegro muchísimo que te haya ido todo perfecto! Yo ahora estoy al pendiente de la visita con la cirujana Amadora Rubia de Terrassa Mutua Privada, espero que me vaya tan bien como a ti!

1 mes operada de reconstrucción de mamas tuberosas por el Dr. Juan Cruz-Gimeno y su equipo, en la Clínica Corachan de Barcelona.

Hace 11 años empecé a sentirme mal con mi pecho. No solo por la forma que adoptaba en mi adolescencia, sino por cierta hipersensibilidad que empecé a desarrollar. No era consciente del problema que tenía, solo creía que necesitaba operarme para tener un pecho normal. Normal. Siempre me obsesionó esa palabra, junto con la de femenino. Sí, siempre me sentí menos mujer que el resto.

Siempre tuve claro que me operaría, pero por determinados motivos de salud y económicos no pude hacerlo antes. En 2011 decidí que había llegado a mi límite, que necesitaba someterme a una intervención para ser plenamente feliz. Realicé un listado de cirujanos que realizaban mi reconstrucción (que nada tiene que ver con el típico aumento de pecho que sí hacen todos) y empecé a visitarlos. Llegué a visitar casi una decena de ellos. Los elegí tanto jóvenes como mayores. Miembros de la SECPRE y no miembros de dicha Sociedad. Partidarios de usar prótesis redonda y partidarios de usar prótesis anatómica. Incluso uno de ellos, tristemente, me hacía un dos por uno si aceptaba hacerme también una liposucción (sin comentarios).

Os podría decir que elegir fue muy difícil, pero os mentiría. No nombraré a ninguno de los que no me gustó, porque sé que para otras personas pueden ser su cirujano ideal y no quiero crear prejuicio. Solo diré que los dos últimos a los que visité, el Dr. Juan Cruz-Gimeno y el Dr. Pere Taverna, me parecieron dos profesionales como la copa de un pino. ¿Por qué elegí al primero de ellos? Soy una persona rígida, obsesiva y exigente. Ambos cumplieron mis expectativas profesionales. Ambos fueron amables, además. Ambos me atendieron sin prisa. ¿Cómo elegí? Por feeling. Por vibraciones. Por sensaciones. No os lo puedo concretar más. El Dr. Cruz-Gimeno me caló. Hondo. Me dio serenidad, tranquilidad y paz y la necesitaba, no sabéis cuánto.

Por ello, inicié los trámites y por fin el 1 de agosto de 2014 me operaba. ¡Tenía fecha! No podía creerme que todo tomara por fin forma hasta que me realicé el preoperatorio y hablé con el anestesista. Hipertermia maligna. Ese era mi riesgo. ¿Podía morir? Sí, eso me dijeron. El Dr. Cruz-Gimeno supo calmarme y me explicó los riesgos y las posibles formas de evitarlos. Iban a subministrarme una anestesia distinta e iban a tener la UCI preparada. Decidí poner mi vida en sus manos. ¡Literalmente! Sí, releed la última frase. Es mucho más importante de lo que parece así leída por encima. Solo tengo eso, mi vida y se la presté unas horas. Unas 4 horas, exactamente. Dejé que trabajara, que diera lo mejor de si. Ahora sé que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Alejandra, Silvia compañera cirujana la primera y secretaria la segunda dos encantos que me lo hicieron todo más fácil. Alejandra, además, está pendiente de mi postoperatorio desde el primer día. Silvia me vio ayer en mi revisión tras un mes de operación y me dijo: ¿qué te hemos operado, la sonrisa?. Porque sí, eso me han operado. Pilar, Eli, Teresa y el resto de enfermeras que me cuidaron. Celadores que me llevaron llorando desconsolada con una ansiedad que me mataba hacia el quirófano, dándome ánimos. Alejandra tratando relajarme. El Dr. con esa mirada que desprendía un tierno no va a pasarte nada malo. Personal sanitario que oyó de mi boca nombrar la maldita hipertermia maligna que podía padecer una y otra vez mientras me temblaban las manos. Todo el equipo del Doctor y de la propia clínica Corachan fueron pieza clave en este momento tan crucial en mi vida. Gracias también a la enfermera que, viendo la preocupación de mi madre, entró a quirófano para poder preguntar por mí e informarla para que se tranquilizara.

Ya hace un mes que me operé. Todo está genial. Me realizaron la técnica de Pucket, retiraron areolas, las recortaron, bascularon los pezones, cortaron la glándula mamaria para expanderla y que dejara de oprimir mi conducto mamario (probablemente ya inutilizado) e incluso extrajeron un trozo de glándula del pecho izquierdo, que fue el que más problemas dio también a nivel de surco mamario. No fue tontería. Fue una pedazo operación. O así lo veo yo, que no soy cirujana estética y todo esto se me hace cuesta arriba. Pero el equipo hizo que pareciera todo tan sencillo tan controlado tan seguro

Ahora, Doctor (y equipo), me habéis regalado algo que no se paga con dinero (aunque a mi esta intervención me hipoteque durante años). Me habéis regalado una sonrisa que no voy a quitarme porque la tengo dentro, en mi interior, donde antes dolía tanto. Me habéis regalado el sentirme mujer, el sentirme normal (palabra que odio pero que siempre rondó mi mente en este asunto). Me habéis regalado dejar de llorar comprando ropa interior o bikinis. Me habéis regalado dejar de usar incómodos sujetadores que, además, me estaban destrozando la piel de la zona. Ahora todo fluye, todo es más fácil, más cómodo

Gracias por la profesionalidad pero también por la magnitud personal. Gracias por haberme cambiado la vida.

Y a mi Doctor, MI Doctor, porque es un orgullo nombrarlo, El Dr. Juan Cruz-Gimeno solo desearle lo mejor en todos los ámbitos de la vida.

A toda persona que necesite operarse, recomendarle encarecidamente a este gran profesional. Y ofrecerme para cualquiera (especialmente chicas con mamas tuberosas pero no solo a ellas) para que podáis preguntarme con mayor profundidad lo que sea sobre mi intervención, el equipo o la clínica. En todo lo que esté a mi alcance, os ayudaré. Sé lo que es estar en el momento previo y cuan necesario es saber de historias que ya hayan vivido lo que a ti te espera. Gracias a las chicas que me apoyaron a mí antes de operarme. Suerte a Cristina y Mireia, que se operan este mes con mi mismo cirujano por mi expresa recomendación. Habéis elegido bien. Saldrá todo perfecto.

Tengo álbum. Contra por privado.

Felicidades!!!
HolA! Yo soy de Argentina y tengo el mismo problema, ayer tome un turno para operarme y estoy muy feliz!! No se que puedo esperar pero estoy mas que conforme con la decision de mi cirujano, espero todo salga bien!
Si no es molestia puedo pedirte la clave para tu album asi veo como son los resultados? Que tamaño decidiste ponerte?
Desde ya te super agradezco y te mando un beso!