Las prótesis PIP eran unas prótesis autorizadas por el Ministerio de Sanidad francés y por el Ministerio de Sanidad español. Tenían marcaje CE, que es la autorización que deben de tener todos los productos sanitarios. Incluso como sabéis, se han utilizado en muchos hospitales públicos.
Las máximas perjudicadas son las pacientes portadoras de PIP, pero después os aseguro que son los cirujanos que colocaron esas prótesis y que las compraron por buenas, pues dichos implantes, antes de que su dueño cambiase la composición del gel, se obtenían resultados muy satisfactorios tanto para pacientes como para cirujanos.
Os aconsejo a las afectadas que consultéis a vuestros cirujanos, pues ellos son los que os atenderán y cambiarán vuestros implantes.
Pensad que los cirujanos están al otro lado de la mesa de la consulta, intentando dar solución a sus pacientes y que no tendrían por que hacerlo, pues ellos realizaron bien su intervención y colocaron implantes autorizados por Sanidad.
Hay cirujanos con más de 2000 pacientes intervenidas por ellos con prótesis PIP, que están desbordados de faena y que están intentando dar servicio a sus pacientes. Ellos no tendrían por que operar sin percibir sus honorarios.
Generalmente, la mayoría de cirujanos no cobran la intervención completa de nuevo, pero si los gastos derivados de la intervención.
Por este motivo, si presionáis a vuestros cirujanos en las consultas, van a afrontar la intervención con más tensión y más estrés, teniendo más posibilidades de cometer errores.
Mi consejo es que no veáis a los cirujanos como enemigos, pues los verdaderos responsables son el Ministerio de Sanidad y el Consejo Europeo, que son los que han fallado con sus controles de calidad y ahora no quieren pagar a las afectadas, aunque con el tiempo, no tendrán otra salida que pagar.
Los políticos se llenan la boca en los medios de comunicación diciendo que hay un teléfono de atención para todas las afectadas, pero lo único que hacen es derivarlas a sus clínicas privadas. Sólo atienden a las intervenidas en la Seguridad Social, cuando realmente es un problema de salud pública.
Tiene tan poca vergüenza, que en otros países han obligado a la explantación de los implantes PIP y en España no lo hacen para no soltar la pasta, porque se la han echado a sus bolsillos durante los años del boom económico.