Hola amig@s:
No he leído ninguno de los libros que circulan por ahí para dejar de fumar, ni tampoco he tomado pastillas, ni parches, ni necesitado acupuntura.
Como ya imaginaréis, el mejor método es dejarlo de golpe. Ni un pitillo más!!!
Pero...en realidad depende más de lo viciado que el cuerpo esté, que de otra cosa.
Pensadlo bien: mientras fumábais vuestra cabeza estaba tranquila. Al menor indicio de necesidad, os echábais un rico cigarrín verdad???
Pero basta con no tener tabaco, cuando se presenta el apetito de alquitrán y nicotina, para volvernos medio locos.
Al cuerpo se le puede engañar, por ejemplo por el método del "poco a poco": cada día un cigarro menos, o sólo en determinados instantes. Con esto tenemos resuelta la reeducación física....pero y la psíquica?
En verdad, el "mono físico", el grito de las células para recibir su dosis de humo,dura menos de medio minuto.
Pero hay quien transforma ese medio minuto en medio día...para terminar corriendo al estanco, o fumando más que cuando ni te planteabas dejarlo.
Por esta razón ya podéis sospechar que pasado medio minuto...el resto del mono es ya psicológico, es decir "autoinducido", porque a la sensación física tú le asocias de inmediato que se deba al tabaco. Y entonces la lucha contra la demanda física se transforma "en un altar de adoración" que tu mismo has levantado bajo la forma de todo tipo de ideas asociadas:
"un cigarro me calmaría", "soy un bestia asi no lo deja nadie", "me los fumaré hasta la mitad y sólo Light", "no soporto esta sensación que un par de caladas me quitaría", "¿por qué tengo que dejarlo si en realidad me gusta?" etc...etc
Ahorraros esta clase de pensamientos inútiles.
Deteneos pues EN EL MONO PURAMENTE FISICO, y no lo asociéis más con el cigarro.
Cuando te venga el mono relájate, como permaneces relajado ante cualquier otra sensación física que viene siendo habitual.
Olvida que tu sensación se deba al tabaco, y compárala con cualquier otra sensación, sean las de las cosquillas de los pies, el dolor de cabeza o el ardor e estómago. Juega a "gozar del propio mono", y cuando te venga éste, en vez de quejarte y darle vueltas a la tentación, o tratar de distraerte de ella, MÉTETE DE LLENO EN LA SENSACION COMO TAL.
No le huyas, ni le razones: Goza la sensación del mono: y gózala rápido porque dura medio minuto.
Imagínate la sensación misma como un tren que llega de lejos, alcanza una intensidad a la altura de tus ojos, y se vuelve a marchar.
Observa cómo tu mono llega, se mantiene ruidosamente, va perdiendo fuerza y desaparece por sí misma.
Es un ejercicio de plena conciencia !!!. Eres consciente del recorrido de tu sensación, pero si además ya no le asocias que se deba a algo llamado "Tabaco", resulta que el trenecito tarda cada día más en aparecer.
Es más (para l@s más valientes): cuando no tengas la sensación del mono, piensa en el tabaco con todas tus fuerzas. Provócate tú mismo el mono, y en cuanto aparezca somételo a la simple observación interna, es decir tal como es: una demanda física entre otras miles, que nace, cobra fuerza e intensidad y desaparece.
¡¡¡Trata de mantener conscientemente el momento de máxima intensidad!! Para tu sorpresa....el tren seguirá su recorrido hacia la nada.
En apenas unos días, y en lo más íntimo de tu cerebro, se habrá empezado a romper la relación entre las crisis y tu tabaquismo; entre la necesidad física y la obsesión psíquica.
No hará falta que te diga que en un par de semanas de "observar el tren", el cuerpo se ha recuperado mucho más rápido que con el método de "dejarlo poco a poco". Y un buen día el tren físico no pasa más: lo has vencido. Ni te darás cuenta de ello. Verás a otros fumar, olerás incluso humo de tabaco: pero las crisis de abstinencia ya no se presentan. El hecho de que el humo de un cigarro te guste es también un sensación: deja que el gusto de lo que hueles siga también su recorrido hacia la nada.
Este método puede aplicarse para todas las sensaciones de recaída; pero si en una boda te fumas un cigarro, no montes un drama. Haz lo mismo. No relaciones ni siquiera el cigarro que te fumas con el miedo a recaer de nuevo, ni con tu vida pasada de fumador.
Así además este método os puede venir bien para vencer "tantas otras sensaciones de angustia o necesidad", cualesquiera que sean, por el simple ejercicio de observarlas en su origen, crecimiento y muerte, y sin relacionarlas con su causa, aunque de sobra sepáis o creáis saber a qué se deben.
No todas duran ese medio minuto....
....pero quién no es fuerte durante al menos 30 segundos?
En dos semanas seréis completamente resistentes al vicio. Como además el gusto y el olfato se habrán recuperado, comenzareis a oler la vida y a degustar la comida como si tuviérais 15 añitos.
por probar no perdéis nada, ni dinero ni tiempo siquiera.
30 segundos!!
caracuervo