LOGOPEDAS SIN VOZ
En un foro de Internet para logopedas pude leer el siguiente mensaje: << Soy logopeda en paro, acabé la diplomatura hace tres años y aún no he encontrado trabajo, tan solo encuentro puertas cerradas y esto está repercutiendo en mi autoestima, mi valía como persona se pierde, me siento insegura y cada vez más pienso que soy un fracaso>>.
El desempleo es el mal al que se enfrentan la practica totalidad de diplomados y diplomadas en logopedia en nuestro país. Es doloroso ver como las afectadas son principalmente personas jóvenes, quienes, después de haberse preparado durante años mediante una adecuada formación cultural, técnica y profesional, no logran encontrar un puesto de trabajo y ven así frustradas con pena su sincera voluntad de trabajar y su disponibilidad a asumir la propia responsabilidad dentro de la comunidad.
En 1991, se crea la Diplomatura Universitaria en Logopedia. La titulación aparece para dar respuesta a una necesidad social creciente en los distintos ámbitos Sanitario, Educativo y de Servicios Sociales. La logopedia es la disciplina clínica y educativa encargada de la intervención en la voz, el habla, el lenguaje y la comunicación en niños y en adultos (algunos ejemplos son los problemas de voz, la tartamudez, las célebres dificultades de pronunciación, los trastornos del desarrollo del lenguaje asociados o no a discapacidades psíquicas y físicas...).
A pesar de la creciente demanda de estos tratamientos y de que la atención logopédica es un derecho de todos ciudadanos los logopedas no encuentran su sitio en esta sociedad: han sido excluidos del ámbito escolar ( la LOGSE del PSOE reservó para los maestros la función del logopeda). La mayoría de centros hospitalarios carecen de este servicio. En el terreno de los servicios sociales se encuentran con condiciones laborales abusivas impuestas por algunas asociaciones de discapacitados ( financiadas con fondos públicos). A esto hay que añadir que el intrusismo profesional es masivo. En la practica pública y privada constantemente se encuentran con profesionales de otros campos que ejercen la logopedia: psicólogos, pedagogos, maestros, etc. Obviamente el desempeño de la profesión por parte de personas no cualificadas termina perjudicando a todo el gremio y por supuesto a los pacientes.
Si los logopedas gozan de respeto y reconocimiento en EEUU, Holanda, Francia, Bélgica, Dinamarca, Reino Unido, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal... ¿ por qué en España se les ha expulsado de los colegios, no tienen cabida en los Hospitales, se abusa de su trabajo desde las asociaciones de discapacitados, se les impide crear colegios profesionales y se permite que personas sin la titulación adecuada ejerzan su profesión?
El problema del paro no se soluciona sugiriendo a los jóvenes que manden muchos curriculums, ¡ no nos tomen más el pelo!. Nuestros problemas y sus soluciones dependen de decisiones puramente políticas: Urge una Ley que obligue a registrarse en el Ministerio de Sanidad a todas las personas que ejercen la logopedia (exigiendo la titulación oficial que capacita para ello). Que haya al menos un logopeda en cada centro escolar. Que Hospitales y Centros de Salud estén dotados de Servicio de Rehabilitación Logopédica. Que aprovechando el Programa de Convergencia Europea la titulación de logopedia deje de ser una Diplomatura para convertirse en un título de Grado de cuatro años. Que se permita la creación de colegios profesionales de logopedas en todas las Comunidades Autónomas.
No se puede privar al ciudadano del derecho de recibir la ayuda y el tratamiento necesarios por parte del profesional especializado e indicado.
No se puede tener a profesionales trabajando en supermercados y taquillas de cine cuando la sociedad los necesita en colegios y hospitales.