En respuesta a zurine_5150160
Mi hermano está ciego gracias a ellos.ojalá nunca hubiéramos ido a esa clínica
Hola a todos.
Yo, por desgracia, sólo puedo hablar mal de esta clínica que me parece de gestión caótica, como ha dicho otra forera, una máquina de hacer dinero y con un trato pésimo hacia los pacientes y sus familiares. Los oftalmólogos con los que yo tuve la desgracia de tratar no mostraron el más mínimo respeto ni atención hacia nosotros, en algún caso con una patente falta de educación, y en las muchísimas visitas que tuvimos que hacer, no se molestaron ni en escuchar los problemas que planteábamos, es decir, no nos dejaban ni hablar y parecía que nuestra presencia era más una molestia que otra cosa.
Mi experiencia ha sido nefasta con ellos. Cada día me levanto pensando en que ojalá nunca hubiera tenido noticias de su existencia (quizá mi hermano, que hoy está en la ONCE, vería algo aunque fuera borroso)
Si alguien tiene algún problema serio, ni se le ocurra ir a esta clínica (yo, habiendo pasado lo que he pasado y tenido la experiencia que he tenido, no lo haría); si el problema es leve, cualquier oftalmólogo podrá ayudarle.
Me gustaría que el relato no fuera pesado ni tedioso, pero mi experiencia con ellos ha sido tan larga (5 años), costosa (dos millones, o algo más, no me acuerdo bien, de las antiguas pesetas) y horripilante, cada vez peor, que es difícil resumir todo en poco espacio. Comienzo:
Mi hermano sufre una distrofia miotónica de Steiner (enfermedad rara que afecta a los músculos y provoca una relajación/degeneración progresiva e imparable de los mismos). No sé si provocado o no por ésta enfermedad tuvo lo que se denomina queratocono (o deformación de la córnea) que le causaba una visión borrosa. Visitamos muchos oftalmólogos sin obtener solución, pero finalmente nos informaron de que el Dr. Alió, en el Instituto Oftalmológico de Alicante (hoy Clínica Vissum) había desarrollado una técnica para corregir este problema que daba muy buen resultado: los anillos corneales. Nos informamos y parece que era cierto por lo que pedimos cita con él (nos costó que nos atendiera en persona, lo cual hizo tras varios intentos). En esta primera entrevista nos trato bien, nos informó del sistema y nos dio esperanzas sobre su funcionamiento (en general debía ponerle, creo recordar, 4 anillos, medios anillos) Hay que decir que no vivimos en Alicante por lo que cada cita nos costaba un viaje (aparte del precio de la visita y las operaciones que eran una pasta)
Por aquel entonces, la famosa clínica abrió sucursal en Albacete y una vez por semana el doctor en cuestión se desplazaba a ella por lo que alguna vez nos trató aquí. El funcionamiento era absolutamente caótico (te citaban y luego no tenían apuntada la cita, te daban mal la fecha para operación, o sencillamente te daban cita para intervención y el doctor ese día no venía, etc. etc.)
Para resumir diré que, al final, tuvimos que desplazarnos para cada consulta e intervención a Alicante y que allí el caos es el mismo, pero las instalaciones parecen otra cosa. Resumiendo, mi impresión fue: mucha chica mona y sonriente, muchos aparatos a la vista para impresionar, mucho papeleo y tarjetitas, caramelitos y mostradores varios, neceseres como los de los aviones, es decir, mucho decorado pero un trato vergonzante y una desorganización absoluta. Como el problema de mi hermano era serio y complicado (no hablamos de miopía, cataratas o algo más leve) aguantamos mucho creyendo que en manos de estos médicos encontraría su problema solución; pero nos equivocamos absolutamente en todas nuestras expectativas.
El resumen, lo operaron varias veces (en concreto, creo recordar que 6: anillos, vitrectomía, catarata y otra cuyo nombre no recuerdo); mi madre, pensionista, se gastó sus ahorros (muchísimoo dinero), para, al final, quedar ciego y, como se suele decir, pasar olímpicamente de nosotros. Y lo peor es que, en mi opinión, la pérdida de visión total de mi hermano se debió a un error que cometieron bien por su caos, bien por no hacer ni caso de lo que tratábamos de explicarles. Creo que no fueron lo suficientemente cuidadosos y que actuaron de manera bastante precipitada (es mi opinión y no soy médico sino catedrática de Literatura). Os cuento lo sucedido: Ya he dicho que fuimos a esa clínica para que nos atendiera el propio Dr. Alió que era el experto en el método de los anillos; pues él se comprometió con nosotros a hacer él mismo todas las operaciones y, por tanto, no habíamos hablado con ningún otro médico que no fuera él. Pero en una de las intervenciones, ya no recuerdo si era el 2 o tercer anillo, mientras estábamos en la sala de espera para entrar al quirófano, llamaron a un señor para ser intervenido antes de mi hermano; el tal señor tenía algo en el nombre o apellido parecido o igual a mi hermano (ya no recuerdo exactamente) y le iba a ser practicada no sé qué operación (no recuerdo el nombre) por el cirujano, el Dr. Ruiz Moreno; el tal paciente no estaba, y de repente la enfermera vuelve a salir y dice que el enfermo no era ese señor sino mi hermano. Nos quedamos atónitos y le dije que ni conocíamos a ese médico ni habíamos hablado con él, ni nadie nos había dicho nada de esa operación, y que estábamos allí porque nos había citado ese día el Dr. Alió para ponerle un anillo; la enfermera no nos hace ni caso, para variar, se mete para adentro y vuelve a salir y repite que esa operación era para mi hermano y la iba a practicar ese médico. CADA DÍA DE MI VIDA ME ARREPENTIRÉ DE NO HABERNOS IDO EN ESE PRECISO MOMENTO Y NEGARNOS A QUE LE HICIERAN A MI HERMANO ALGO DE LO QUE NADIE NOS HABÍA INFORMADO Y ADEMÁS UNA PERSONA CON LA QUE NO HABÍAMOS HABLADO, NI CONOCÍAMOS. Pero, para nuestra desgracia, no nos negamos y mi hermano entró al quirófano. Al acabar la operación se presentó Alió y nos dio una serie de explicaciones a cual más extraña, diciendo que él sabía lo de la operación (aunque no nos dijo nada al preguntarle por qué en la reunión que habíamos mantenido con él, cuando nos citó para ese día y dijo que era para colocarle otro anillo, no nos informó de ella ni nos dijo que era necesaria), y que sí era imprescindible hacerla y etc. etc. etc (más me pareció una justificación que una explicación). Creo recordar que era cortar una especie de tela que impedía la visión. (Ahora no recuerdo el nombre, pero miré en su momento en internet y estaba desaconsejada en muchos casos, es decir, había que valorar muy bien si se llevaba a cabo porque podía producir con facilidad desprendimiento de retina (justo lo que ocurrió después) u otros efectos indeseables. A día de hoy, aún no sabemos por qué razón se le practicó esta operación, ni nadie nos lo ha explicado. El resumen es que, a partir de ese momento, mi hermano tuvo un desprendimiento de retina, perdió la vista, lo volvió a operar este individuo y todo fue de mal en peor. Desde ese momento no volvimos a ver a Alió sino que, alegando que ahora era un problema de retina o no sé qué y que esa sección la llevaba el tal Ruiz Moreno, tuvimos que tratar, a partir de entonces, con esta persona sumamente prepotente y desagradable. Con tanta grosería y falta de respeto y educación nos trató todas las veces que tuvimos consulta con él (que, por desgracia, repito, fueron muchas) que mi madre, una señora de setenta y tantos años, se sintió tan humillada y despreciada que en una ocasión volvió a Albacete llorando desde Alicante por lo que me vi obligada a llamarlo por teléfono, pedir cita con él (en un principio intentó esquivarme y solventar el asunto por teléfono), pedir un día en el trabajo e ir a Alicante sólo para decirle a la cara que era un maleducado, un grosero y que no se puede tratar así a una persona mayor, sencillamente por respeto; aquel comportamiento no podía dejarse pasar, pero ¿le importó?, creo que no porque siguió exactamente igual. Y si, al menos, mi hermano hubiera recobrado la vista, hubiéramos aguantado el trato que recibimos de ellos, especialmente del tal Ruiz Moreno; el problema es que no sólo no la recuperó sino que la perdió totalmente.
Para remate, tras la última operación que le hizo y que, al parecer, era grave (no hablamos de unas cataratas vulgares y corrientes) aún tuvimos más problemas: lo mandó a casa (como en todas las anteriores pues la clínica no está preparada para que se queden los pacientes en ella, aún en casos graves o más delicados). Yo tuve que volver a trabajar a Albacete pero mi madre y mi hermano se quedaron en Alicante porque dijeron que no se moviera mucho pues la intervención había sido delicada. Mi hermano pasó una noche con dolores horribles y vomitando y no hubo forma de dar, por supuesto, con este doctor por la noche. Llamaron al de guardia (al teléfono de la tarjetita que te entregan) y pasó olímpicamente (ni dijo que pasaran por la clínica para ver si ocurría algo o había habido alguna complicación; nada sino que le dijo que se tomara no recuerdo qué (pero era algo que recuerdo me resultaba familiar, como para el dolor de muelas); ni siquiera sé si este hombre estaba en la clínica o en su casa) Al día siguiente parece que se encontraba algo mejor, aunque con molestias (no recuerdo si lo llegaron a ver o no; creo que sí) y volvieron a Albacete y aquí comenzaron unos dolores terribles. Llamamos por teléfono a Alicante y al doctor Moreno no se le podía localizar, of course, y el de guardia la misma operación que la noche anterior, pero en este caso no nos dio ni solución: que siguiera tomando lo que le habían dicho y que, por cierto, no le hacía ningún efecto. La verdad es que, al final, preocupadísimos por si pasaba algo grave y por los dolores, tuve que llamar a mi exmarido, que es médico, porque no sabíamos qué hacer pues se retorcía de dolor (por cierto, también fui a la clínica Vissum de Albacete y nos atendió la chica de recepción sin dignarse a salir a ver qué pasaba ningún oftalmólogo: que llamásemos a Alicante, decían). Resultado: el dolor se le quitó con una inyección esa tarde y pero la vista la perdió totalmente. El día de la siguiente revisión Ruiz Moreno, como siempre, ni nos hizo caso cuando le intentamos explicar lo que sucedió y cómo se encontraba, ni nos dio ninguna explicación; bueno, sí: cuatro palabras telegráficas, de mala gana y con mal rictus: es como si esta persona hablara con él mismo y cuando el paciente se dirige a él es como si no lo oyera (y con un tono bastante desagradable suele cortarlo a medio de la explicación, como si tuviera mucha prisa y lo estuvieras entreteniendo) Aún fuimos varias veces, no sé por qué, a revisión; revisión de la ceguera, porque ya no veía.
Y aún tuvo la cara de decirnos que pidiéramos cita para no sé cuantos meses después. Por supuesto, no acudimos. Cuando decidimos que no queríamos saber nada de esa clínica ni de los médicos de la misma, solicité un informe médico de todo lo que se le había hecho a mi hermano (por si lo necesitábamos en el futuro por algún problema médico dado el delicado estado de salud de mi hermano) y, para mi sorpresa, cuando fui a recogerlo, me encuentro con que sólo aparecen algunas de las intervenciones y no todas ni todo lo que se hizo: sólo consta que el paciente llegó con un desprendimiento de retina (2004) y a partir de ahí el procedimiento que se siguió, pero no dice nada de la operación que le hizo este mismo médico antes en el 2001, de la que tenemos el alta quirúrgica firmada por él mismo (la que he comentado que fue realizada sin habernos informado en absoluto sobre ella cuando nos habían citado para otra muy distinta: un implante de anillos) y que aún no entendemos.¿por qué? Pregunté por qué no aparecía todo en el informe y me dijeron que cada sección, o algo así, hace el suyo. Pero de la operación fantasma que le practicó el Dr. Ruiz Moreno ni rastro, ni la cita en dicho informe y está firmado por él, y dicha operación la hizo él. Y lo mejor es que el informe pone que se explica a la familia etc. etc. Está claro que debí solicitar en aquel momento más documentación firmada de todo y haber actuado en su momento, pero bastante teníamos con la preocupación por la pérdida de visión.
La verdad es que todo este asunto me quita el sueño porque mi hermano con la distrofía, bastante avanzada que padece, apenas se mueve y lo único que podía hacer antes era leer y ver la Tv. Ahora ¿a qué se reduce su vida?: estar sentado en una butaca, y sólo tiene 46 años. Si no hubiéramos ido a esta clínica, probablemente ahora vería algo al menos. De un queratocono y la implantación de anillos corneales hemos pasado a la ceguera total.
Esta es mi experiencia. No puedo recomendar a nadie que vaya a esta clínica, al contrario. Ojalá nunca hubiera conocido ni al Dr. Alió ni a su colega Ruiz Moreno; especialmente a este último. La verdad es que sigo buscando algún oftalmólogo en el mundo que pueda ofrecer alguna solución a tamaño desastre y devolverle algo de visión, pero hasta ahora nada. Respecto a la hoy llamada Clínica Vissum, no quiero ni oír hablar de ella y el nombre del Dr. Ruiz Moreno será mi pesadilla hasta el día en que me muera.
Esto es lo que puedo decir sobre la clínica Vissum; y no es la única mala opinión sobre ella que he podido leer en internet. Si lo hubiera leído antes, quizá mi hermano hoy no estaría ciego. Espero que el relato de mi experiencia le pueda servir de ayuda a alguien.
