Hola peluca.
Ay, menos mal!. A veces no me acuerdo de que este foro tiene poco movimiento (qué lástima, no?) y viendo que ayer no habías contestado, pensé que pudieras haberte molestado.
Yo, de verdad que te entiendo. Ahora mismo, si alguien conocido y de confianza me cuenta que le ha ido bien con la hipnosis, te lo digo y hasta te acompaño si quieres, pero mucho me temo que no debe ser tan fácil. Ojalá así fuera, ya estarían cerrando las tabaqueras, no crees?.
No quiero dejar de dar crédito a que en algunas personas, en casos concretos, sí pueda funcionar. Pero conmigo no funcionaría, estoy segurísima.
Si para dejar de fumar, un hipnotizador me hubiese hecho entrar en trance, sugestionándome lo suficiente para cogerle asco al tabaco (cosa que dudo mucho), con lo tozuda que soy, seguro que no paro hasta deshacer el "encantamiento" y me pongo a fumar más aún.
Yo te veo muy dispuesta a dejar el tabaco, si no fuera así no estarías aquí escribiendo y explorando terapias. Y esto, lo creas o no, es lo único que necesitas.
Lo de la angustia que se siente al dejarlo es un invento nuestro pues en algo tenemos que apoyarnos para justificar nuestro vicio; al buscarnos excusas para no dejarlo esta es la más socorrida, se la decimos a los demás y nos la repetimos a nosotros mismos (nos la creemos y todo). Mentira!. Inventos de nuestra mente adicta!. Pero claro, es más fácil creernos y provocarnos la angustia que pensar en lo tontos que somos haciendo de chimeneas.
Si uno se ve incapaz de controlar eso, existen medicamentos (no soy muy partidaria, pero si sirven para dejarlo...). El Zintabac parece un buen remedio contra esa ansiedad. No tienes porqué tener ansiedad si lo tomas. Siempre bajo prescripción médica. Por eso te preguntaba si habías ido al médico.
Los chicles, los parches... todo eso, simplemente ayuda, pero algo es algo, no!.
Eres tú y nadie más que tú. Prohíbete fumar. No hay más.
Tú fumas en el cine?. Fumas en los centros sanitarios?. En el supermercado?. Verdad que no?. Y no pasa nada, no te pones de los nervios ni estás pensando obsesivamente en el tabaco (bueno, yo en el super sí me pongo de los nervios, pero no es por el fumar...).
Empieza por aquí. Haz la prueba en casa, en el coche... ve declarando zonas sin humos... lugares en los que permanezcas durante un tiempo considerable y prohíbete fumar en ellos. Pruébalo!. Te costará al principio, pero luego, igual que en el cine, si no se puede, no se puede, y ningún fumador lo discute. Ni siquiera te entran las ganas en esos sitios.
Con esto no dejarás de fumar, pero te darás cuenta que sí puedes.
Y haz ejercicio. Si no lo estás haciendo y tienes tiempo acude a un gimnasio. Ahí dentro, además de practicar una sana actividad, te olvidarás del tabaco durante un buen rato, ni siquiera te entrarán las ganas.
Mis síntomas, no sé... tal vez tienes razón al decir que nos olvidamos un poco de lo duro que fue tomar la determinación. Pero no creas que yo lleve mucho tiempo sin fumar, hace un mes y medio que lo dejé.
Duro, pssshh... es posible. Pero es que esa decisión estaba tomada desde el mismo día en que me di cuenta de que era adicta al tabaco, hace unos veinticinco años. Sabía que tenía que dejarlo, que algún día lo haría y resultaba durísimo pensar eso.
Un día, dejó de ser duro pensar que tendría que dejarlo (yo no estaba dispuesta a morir por el tabaco, aunque iba por "buen camino").
Simplemente me cansé, me veía como una idiota y, después de tanto tiempo, un día, sin más, dije: "Basta!". En ese momento dejó de ser una dura decisión. Ya estaba, lo hice! (Hay que hacer, no pensar).
Ya sé que no es lo habitual, pero ni siquiera lo medité el día anterior, no estaba previsto. Eran las doce del medio día y yo, mi coche..., todo apestaba a tabaco que daba asco.
Miré mi paquete y quedaban dos cigarros. De repente, tomé la determinación. Paré, me los fumé, pisé el último con fuerza, como si quisiese hundir en el asfalto toda la mierda que había consumido. Se acabó.
Que si he tenido ganas de fumar después. Claro, sigo teniéndolas, relativamente.
Digo relativamente porque es mucho más fácil de superar de lo que parece (nos comemos demasiado el coco). Se respira hondo, varias veces. Si quieres, imagínate que es como si aspirases el aire puro a través de una calada. Te garantizo que las ganas fuertes se pasan enseguida. Y de cada vez son más débiles y espaciadas.
Otra forma de controlarlas es ponerte inmediatamente con un ejercicio físico. El más recurrente es subir y bajar escaleras. A tope!. El cansancio hará que se te pasen las ganas.
No sabes cuánto salté a la comba los primeros días!.
Si prestas atención a tu cuerpo verás que a pesar de los síntomas molestos de la deintoxicación que se presentan las primeras semanas, hay mejoras perceptibles en otras funciones. Incluso es posible que dolores que tú creías crónicos de repente desaparezcan.
Y es que el tabaco no sólamente afecta a los pulmones.
Ahora que he descubierto que realmente no me duele la espalda (llevaba años "crujida"), entre otras sorpresas que me he llevado, vamos!, ni loca!, ni "jarta" de vino, vuelvo yo a fumar!.
Un beso.
