En principio
todo paciente tiene derecho a saber el alcance y pronóstico de su enfermedad, porque debe saber a qué atenerse para decidir cómo quiere vivir lo que le resta de vida, sea mucha, o poca.
En España los oncólogos son claros y tajantes con los pacientes, les informan puntualmente de cual es su expectativa de vida y de los tratamientos a los que deberá someterse si quiere prolongarla o curarse, y es decisión suya hacerlo o no, pero en todo momento el ser humano es dueño de su destino.
Únicamente si estuviera terminal y no se pudiera hacer nada para luchar por la curación, cabe la ocultación, pero tu padre no es idiota, se daría cuenta de que le están aplicando cuidados paliativos y que empeora de día en día.
Que haya llegado a algunos órganos no significa nada, el cáncer se puede llegar a cronificar; pero se requieren tratamientos que el paciente ha de asumir y afrontar; cuando más conscientemente lo haga, mejor pronóstico tiene su recuperación.