Mi hijo cumplió 24 años en enero. A los 18 años empezaron sus primeros contactos con la marihuana. Luego me contó que eso le permitía tener mas amigos, sentirse mejor y mas relajado. Años despues el consumo empezó a subir, y a los 22 ya fumaba 5 o 6 porros diarios. El no se daba cuenta, decía que estaba en el mejor momento de su vida, estudiaba y aprobaba a base de copiar y como podía, y pensaba que la vida le sonreía, porque aparentemente todo le salía bien y tenía lo que quería, aunque en la realidad cada vez estaba mas aislado de sus amigos y del mundo, vivía solo de sus alucinaciones y el centro de su vida era la marihuana.
Según me han comentado luego los psiquiatras, la marihuana le desencadenó psicosis y alucinaciones. Los últimos meses conseguí que le empezaran a tratar médicamente y desintoxicar de la droga, empezando a mejorar. Cuando le desaparecieron las psicosis, se dió cuenta que había perdido varios años de su vida, empezó a angustiarse porque el no había aprendido que todo lo que tiene valor en esta vida se consigue con esfuerzo, y no se encontró con fuerzas para recuperar su vida anterior.
Hace un mes decidió acabar con su vida. Le echo mucho en falta, tenía una vida maravillosa por delante, pero se equivocó de camino.