Escribo una carta para Ana y Mía, ahora que ya estoy fuera de ello.
"Hola, queridas Ana y Mía:
Os escribo ahora, realmente no debería, pero creo que es el momento, hacerlo ahora es lo más correcto. Quiero que sepáis que me habéis ... la vida, ¿todas esas tonterías que metisteis en mi cabeza? Para nada me sirvieron, ¿aquellas promesas que me hicieron? Nunca cumplieron. Me convirtieron en una marioneta vuestra, cuando yo pensaba que todo lo hacía por mí misma, me convirtieron en una mierda que no apreciaba mi vida, cuando yo creía que hacía lo correcto. ¿Sabéis que me hicisteis ver? Claro, lo sabéis. Yo veía una enorme vaca, gorda, sebosa, grasienta, asquerosa, cuando los demás veían un suspiro, una niña hambrienta, una chica adolescente con cara de nena pequeña porque su desarrollo se vio interrumpido por vuestra culpa.
¿Pero saben una cosa? Conseguí alejaros de mi vida, cuando estaba a punto de morirme, conseguí librarme de vosotras para volver a ser una chica risueña. Ahora, venís a mi con buena cara, me tendéis la mano cuando pensáis que os necesito, pero no, no pienso cogeros esa mano ¿sabéis por qué? Porque ahora tengo amigos, amigos que me apoyarán, que me ayudan actualmente y no caeré en vuestra trampa mortal. Yo soy fuerte, he luchado contra vosotras y lucharé por mi vida ahora.
Adiós, odiadas enemigas Ana y Mía, siempre os odiaré y pienso olvidaros, no habéis hecho ningún bien en mi. Adiós."