Como soy de Madrid consulté varios especialistas (en total 12). Finalmente me decidí por Marcelino Roca. Desde siempre había tenido un complejo enorme, la talla de pecho había condicionada mi vida en múltiples aspectos. Me operó y me dejo una talla 95, a pesar de que insistí (con testigos) de lo que yo quería, una talla 90. En ningún momento afirmó que no fuera posible (aún después de revisarme varias veces). Al final de todo el proceso que voy a describir tuve 6000 euros menos en el bolsillo y dos meses de baja laboral y eso, no fue lo peor. Por cierto, cuando me contó que en 24-48 horas podría hacer vida normal, mintió, en 72 horas podía levantarme de la cama, yo sola, pero reptando. También se me olvidaba que yo me operé en Valladolid, no contrata servicio de REA por lo que te despierta tras la operación de 2-3 horas, directamente. Yo ya había tenido operaciones de anestesia general (con todo su proceso para facilitar al paciente su recuperación) pero lo que viví en ese despertar fue horripilante, desorientación, movimiento, golpes de camilla, ascensor, más golpes y en consecuencia vómitos. No obstante, la pesadilla no fue esa, al menos no del todo. Tras la operación tenía dos pequeños orificios en la parte inferior que supuraban, al principio poco, luego aumentó. Fui a consulta y le puse en antecedentes, “no pasa nada, es normal” dijo. Como, hasta para mí, que no soy cirujano la cuestión no era normal. Acudí al médico de cabecera, cuando lo vio se horrorizó. Los orificios estaban abiertos, los puntos internos eran expulsados y sobresalían. Como había seguido las recomendaciones de Marcelino Roca de lavarme con agua y sal y Betadine, los bordes de la herida se habían secado y ya no cicatrizaban. El médico de cabecera me remitió de urgencia a la enfermera especializada en ese tipo de curas y conjuntamente hicieron una valoración; me limpiaron la herida, sacaron muestras para un cultivo, me quitó los puntos que el cuerpo expulsaba y me pusieron un vendaje que facilitaba la cicatrización y el acercamiento de los bordes de las heridas (y no el esparadrapo de papel del mencionado cirujano). El cultivo dio positivo. Me indicaron que fuera al cirujano a volver a exponerle toda la situación. Volví y me dijo lo mismo, que no era nada, Betadine y agua y sal. Fui a mi médico de cabecera otra vez, le puse en conocimiento. Me hizo fotos de la herida, me preguntó el nombre del cirujano y me remitió a un cirujano de la seguridad social. Diagnóstico: si no remitía la herida y la infección tendrían que volver a operarme. Todos los médicos coincidieron en que les parecía una aberración la valoración que hacía el Dr Roca. Para abreviar, me pusieron un tratamiento, tardé dos meses en que se cerraran las heridas, me ha dejado unas cicatrices enormes, alguna se ve con bikini (ni el más mínimo cuidado). Juzguen ustedes.