Las personas que padecen diabetes han de seguir una dieta sana, como la de cualquier persona, que sea variada y equilibrada. La única norma “especial” a tener en cuenta es que deben evitar el consumo de azúcar en cualquiera de sus formas y establecer un orden en su alimentación, de modo que se repartan los hidratos de carbono a lo largo del día para evitar las comidas con una carga glucémica muy elevada o muy baja.