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Historia de una xica q lo superó

Última respuesta: 2 de julio de 2007 a las 16:02
S
saura_8780189
2/7/07 a las 14:45

Hola, he estado rondando x otros foros.. y he encontrado una historia de una xica q ha superado la anorexia y me ha encantado su forma de expresarse, ademas d q me siento muy identificada con ella.. Espero q os sirva d ayuda..pues ella tmb lo escribio para q nosotras, las q estamos metidas en esto...veamos q se puede salir.

Mi historia está relacionada con el mundo del cine, otro de esos ámbitos desde los qeu hoy día se prodiga con el ejemplo de la delgadez y la belleza como cánones a seguir para triunfar -lo escribo con ironía, como sí podéis imaginar. A los 14 años, recién acabada la EGB, y habiendo estado apuntada a un curso de teatro, decidí que lo yo quería, era ser actriz. Y, no sé por qué razón, se me metió en la cabeza la idea de que para conseguirlo tenía que ser y estar delgada. No es que realmente estuviese gorda, como mucho tendría una talla 40 de pantalón, pero yo tenía que adelgazar. La idea me rondaba la cabeza justo a finales de curso y fue en verano, en la casa de mi abuela cercana a la playa, cuando decidí comenzar a perder peso. Con esto sólo quiero señalar que fue algo pensado, premeditado. Comencé a disminuir la cantidad de alimentos que ingería. A la vez, me hartaba a beber agua con la idea de que así eliminaría líquidos y volumen, y me didcaba a correr en mi cuarto cada tarde durante media hora, para quemar calorías. Cada día, antes de ir a la playa, me ponía el bikini y me miraba al espejo. También lo hacía después de comer. Era feliz yendo muchas veces al servicio a orinar.
Mis padres empezaron a preocuparse. También mi abuela. Una de mis amigas, que venía de vez en cuando a comer con nosotros, no entendía por qué no quería comer. Cuando ella estaba delante, mis padres se lo decían, en un intento por hacerme recapacitar. Pero a mí no me importaba mucho que lo hiciesen: yo seguía en mis trece, con la idea bien clara: adelgazar para poder ser actriz.
Uno de mis grandes "problemas" era -casi escribo que aún lo es!!- que, por genética, mi constitución es, para qeu nos entendamos, del tipo pera, es decir, estrecha de cintura para arriba y ancha de cintura para abajo (siempre he necesitado una talla más de pantalón qeu de camiseta), de modo que mi objetivo era adelgazar para poder tener un cuerpo "equilibrado" -es la palabra que por entonces empleaba. Os podéis hacer a la idea: no se puede cambiar una constitución. Por eso, quizá, me sentía frustrada y luchaba contra mi físico a diario, sin aceptarlo y, mucho menos, sin quererlo.
En un mes perdí peso (no sé cuántos kilos porque allí no podía pesarme en casa) y la regla no me venía con normalidad (se retrasaba, sólo manchaba un día, etc). Creo que aquello me hizo parar a pensar: algo pasaba y no debía ser normal. Intuía que era por comer poco, ya que era lo único que había cambiado en mi vida de forma brusca. A los pocos días me descubrí en la habitación, en bikini y frente al espejo: me vi en los huesos, se me notaban las costillas. Afortunadamente no me gustó lo que vi y, no sé por qué, mi objetivo cambió de adelgazar a mantenerme delgada.
Lo más curioso es que dos años antes había estado en contacto con una compañera de clase que era anoréxica desde los 8 años; faltaba contínuamente a clase porque tenían qeu ingresarla cada dos por tres. Incluso yo era la encargada, por mediación dela profesora, de dejarle apuntes y llamarla para darle los ejercicios cuando faltaba por tener que asistir a sus revisiones (recuerdo que cuando estaba mejor tenía qeu ir todas las semanas al Insalud para un chequeo). yo, que conocía todo eso, estuve a punto de cometer el mismo error, si me permitís expresarlo así.
Desde entonces y durante 4 años me dediqué a informarme de todo aquello que engordaba y que no, de las calorías de los alimentos (recuerdo tener una lista). Despreciaba toda grasa que no fuese aceite; los pastales y bollos estaban vetados, así como la pizza, la hamburguesa y otras cosas más que ahora no recuerdo con exactitud. Sólo me permitía comerlos en ocasiones especiales y, claro está, sólo uno. Por las noches siempre cenaba fruta, y si salía con los amigos, jamás tomaba alcohol, ni patatas fritas, me esperaba a llegar a casa para tomarme mis piezas de fruta antes de dormir. La obsesión llegó hasta el punto de que, recuerdo, llegué a contarle a mi compañera de clase que en una semana sólo había tomado proteínas lácteas (he de advertir qeu jamás me ha gustado la carne, soy más bien de pescado), y estaba orgullosa de ello. Si me paro a recordar, me miró muy extrañada y creo qeu no contestó -probablemente no sabría quecontestar!
Yo comía toda la cantidad que quería siempre que las cantidades de grasa de la comida fuesen mínimas, pero lo cierto es qeu muchas veces pasaba hambre. A pesar de todo, mi cuerpo pudo seguir creciendo y desarrollándose, algo inherente a la edad.

He leído en el artículo que antes he mencionado qeu los ragos más característicos entre las anoréxicas suelen ser la baja estima y el perfeccionismo. Es la primera noticia que tenía al respecto. Me ha dado mucho que pensar, porque en mi caso realmente era así. Yo era una chica extremadamente exigente conmigo misma (hasta mis padres me decían qeu lo era), muy responsable, de muy buenas notas y muy sensible. A veces llegaba del colegio y me metía debajo del escritorio a llorar. No quería, y a la vez deseaba, que me viesen así. Por un lado, todo lo que hacía tenía que salir perfecto, y por otro, tenía un deseo inmenso de que todo el mundo me aceptase (motivo por el cual, todo comentario o broma me hería) Esta actitud siguió así hasta los 16, y venía de mucho atrás, porque recuerdo haber dicho a mi padre, con 12 años aproximadadmente, que quería suicidarme. pero llegó el día en el que exploté, la situación se había vuelto insoportable. Mis padres hablaron conmigo, sencillamente me preguntaron si me parecía bien pedir ayuda, acudir a un psicólogo. yo sentía que no me gustaba a mí misma, algo en mí me pedía a gritos aceptar y así lo hice.
La psicóloga qeu me atendió fue crucial, ha sido crucial:me enseñó a ver y a reconocer mis virtudes, a relativizar aquello que detestaba de mí misma, a decir qeu no, a combatir el perfeccionismo. No fue fácil, pero he de reconocer que ella lo hacía incluso divertido. ya me gustaba la psicología pero creo qeu desde entonces me atrae aún más.
Su pronóstico fue: baja autoestima, y fue eso lo que trató. Nunca supo de mi boca, ni de la de mis padres por lo que sé, que tenía obsesión por mantenerme delgada; sin embargo, al subir mi autoestima, aprendí a quererme. Fue un proceso lento, que seguramente dura aún, pero me encuentro bien. Creo qeu tenía miedo al cambio, me sentía segura como estaba, pero gracias al trabajo con ella, fui abriendo los ojos poco a poco. El año qeu cumplí los 18 fue un punto de inflexión, porque cambié de ambiente (comencé a estudiar en la Universidad, conocía a mi actual pareja, hice neuvos amigos, personas qeu no me conocían) y tanto cambio produjo una ruptura, una brecha: comencé a coger peso, a salir más, y poco a poco he dejado de preocuparme por la moda, por estar perfecta siempre.
Mentiría si dijese que no queda nada de antes, porque sí queda: quiero seguir siendo una estudiante modelo -y no lo soy- me gustaría tener una talla 40 -y no la tengo- y aún busco el reconociemiento de los demas, a veces inconscientemente; pero todo lo que he vivido, la experiencia me dice que eso no es importante. Es más importante estar sano, cuidarme para no volver a tener anemia, descansar la vista cuando estoy estudiando, salir, cuidar a los qeu me quieren, ignorar a los que me insultan o molestan.
No ha sido, ni es, fácil. Ahora me encuentro bajo presión, estresada, porque estoy preparando una oposición, y me entra ansiedad, me da por comer; es algo que no puedo evitar. Después, en algunas ocasiones, cuando me siento llena, hinchada, pienso en ir al servicio a vomitar, pero el mismo sentimiento que tuve cuando me miré en aquel espejo hace 10 años, acude a mí y me pide ser congruente y no hacerlo, porque de algún modo sé que si lo empezase no acabaría nunca.

Desconocía que el perfeccionismo y la baja autoestima pudiesen llegar a destruir a una persona, en el sentido de que dejas de ser humano para convertirte en una pura obsesión. Ahora que lo sé, seguiré luchando aún con más ganas por mantenerme sana mentalmente y así mantenerme bien físicamente. Como decían los clásicos: mens sana in corpore sano.

Ver también

M
maissa_7303014
2/7/07 a las 16:02

Me siento muy identificada en algo
Es verdad, yo tambien soy una persona muy exigente conmigo misma y con mucha tendencia a la frustracion.
En los estudios siempre he destacado pero este año me ha costado un poco mas y he sacado notas un poquito mas bajas que otros años y siempre persigo tener mi cuerpo perfecto hasta el punto que me obsesiono y cuanto mas me miro al espejo mas defectos me veo.
Esta obsesion por mi cuerpo hace que me prive de muchas cosas como evitar las comidas familiares, celebraciones de graduacion, fin de curso, cena de navidad (las navidades pasadas tuve que fingir que estaba enferma con gripe para no cenar nada) salir a comer con mi novio, tomar un helado freskito en verano, una pizza de keso o cosas de esas que me encantan.
Hasta me privo de ir a la playa porque me paso la tarde entera metida en el gimnasio sin parar para nada y en el fondo me agobia todo esto porque no me deja tiempo para nada mas y si ago algun exceso un dia me siento terriblemente culpable siento ascoo de mi cuerpo y es peor xq me aterra la idea de verme gorda asi que me siento algo identificada con la xica esa.
Saludos y besos a todas wapiiiisimasssss

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