Desde hace un largo tiempo no paro de pensar en cosas dulces, todo el día, no importa si he comido o no. Es cono una obsesión, a veces son cosas concretas otras no tengo ni idea de lo que me apetece. Pero no es como una ansiedad. Solo se me antoja.
No soy especialmente fan de las cosas dulces, pero no puedo dejar de pensar en ellas. Y eso se está volviendo un problema para mi bolsillo y mi peso.
P.D.: Me apetecen unas lenguas de gato o unas artinata