En las últimas semanas, he decidido que quiero ponerme a dieta. Nunca lo he hecho y no sé por dónde empezar. Sé que mi dieta no es equilibrada, pero ¡puede ser mucho peor! Generalmente, desayuno algo rápido: me tomo un café cada mañana y me preparo un bocata que me como de camino al trabajo. Pero, normalmente, no me da tiempo y paro en una cafetería a comprar un donut o algo así. ¡Son las ocho de la mañana y ya estoy estresada! Aún así, estoy hambrienta toda la mañana, hasta la una y media que salgo a almorzar. Solo tengo una hora y media de descanso, por lo que no puedo volver a casa.
Entonces, suelo comer en algún restaurante barato: a veces, voy a tapear; otras, voy a alguna hamburguesería o pizzería del barrio. Ayer, por ejemplo, comí hamburguesa y patatas fritas. Eso sí, ¡de beber, agua! No suelo ni comer postre ni merendar, puesto que el almuerzo no es muy sano. A mitad de la tarde, me tomo otro café; y ya solo quedan tres horas para volver a casa.
Finalmente, vuelvo a tener muchísima hambre para la hora de la cena. Para compensar las otras comidas del día, ceno verdura o ensalada. Esto es a las nueve y media de la noche, más o menos. ¡Pero hay un problema! Me voy a dormir tarde y, por lo tanto, siempre pico algo antes de acostarme. Depende de lo que tenga en casa: a veces es fruta, pero es más frecuente que coma algún dulce, algo de chocolate, o incluso algo salado, como patatas. Sé que esto no está bien, pero ¡no puedo irme a la cama con el estómago vacío!
Como ya dije antes, ¡no sé cómo hacerlo! ¿Qué hacéis vosotros? ¿Podéis darme algunos consejos? ¡Los necesito y mucho!
Un saludo a todos,
Teresa.