Ya sea por tradición, cultura o simple gusto personal, cada persona debería tener la potestad de tener el pelo largo, corto, rizado, liso, peinado, encrespado... ¡o como le dé la gana! Eso es precisamente lo que le los padres de Cyrus han inculcado a su hijo, un niño de cinco años de Queensland (Australia) que ha estado a punto de ser expulsado del colegio por lucir un moño.
Debido a las raíces aborígenes de sus padres, nacidos en las Islas Cook al igual que el pequeño, Cyrus debería llevar el pelo largo hasta cumplir los siete años. Es a esa edad cuando se le corta su cabellera por primera vez, en una hermosa ceremonia que se lleva celebrando miles de años.
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Pero la escuela no quiso tener en cuenta las creencias de la familia, por lo que se puso en contacto con sus padres para amenazarles con que, si el niño no se cambiaba de peinado, iba a ser expulsado del centro escolar. Tras darse a conocer este suceso, miles de personas se volcaron en apoyo al niño, cuya tradición debería ser repetada como cualquier otra.
Así ocurre en otras religiones, como por ejemplo en la comunidad judía, de la que se desprende el rito denominado upsherin. En Yiddish esta palabra significa "cortar" y este momento se produce cuando el niño cumple tres años. Con este corte de pelo se marca el comienzo de la educación formal judía del niño y marca el final de su primera infancia.