Otra línea de investigación sobre cáncer

2/9/2008 LA ENTREVISTA CON MANEL ESTELLER INVESTIGADOR DEL CÁNCER.

Manel Esteller: "La genética no explica el 90% de los cánceres"
Encabeza en Europa el estudio de una nueva puerta, la epigenética, por la que se accede a las causas del cáncer. Se ha instalado en el oncológico de Bellvitge.


Manel Esteller. Foto: MAITE CRUZ
ÀNGELS GALLARDO
--Decidió instalar su laboratorio de epigenética y biología del cáncer en un ala del poco atractivo Institut Català d'Oncologia, en Bellvitge.
--Sí, a pocos kilómetros de donde nací, Sant Boi de Llobregat, y en un área de Catalunya que siempre ha sido deficitaria en centros de investigación con apoyo de la Generalitat. Me preocupa que los recursos oficiales y privados siempre se concentren en las mismas zonas. Hay que pensar en lo que se llama el equilibrio del territorio, y yo he apostado por el Baix Llobregat y L'Hospitalet.

--Viene a estudiar la epigenética del cáncer, un concepto desconocido.
--¡Si es desconocida la genética, no te digo nada la epigenética! Es una vía muy nueva en la que me formé durante cinco años en la Universidad John Hopkins, de Baltimore (Maryland, EEUU). La primera alteración epigenética de un cáncer fue descubierta en 1985, pero hasta 1995 no se desarrolló este concepto. A mí me interesó desde el primer momento.

--¿Cómo se define la epigenética?
--Hay muchas definiciones, lo que indica que no sabemos exactamente qué es. Unos dicen que es la influencia del estilo de vida en la aparición de enfermedades. Otros lo plantean como todas esas modificaciones químicas que añadimos a los genes a lo largo de los años, que pueden ser fisiológicas y propias del desarrollo, o patológicas. Una epigenética alterada puede causar un cáncer, un alzhéimer o un fallo cardiovascular.

--¿Se podría decir que la epigenética son las circunstancias con las que interviene el individuo sobre la herencia genética que recibe?
--En cierta forma. La genética sería el esqueleto de una persona, y la epigenética todos los vestidos que se pone, lo que le da un aspecto diferente: eso que hace que, por ejemplo, dos personas con un ADN idéntico --có- digo genético-- tengan enfermedades distintas.

--¿Depende de cómo sea su vida y del ambiente en el que viva?
--Exactamente. Un ejemplo de esto serían los gemelos monocigóticos, que tienen un mismo ADN pero no enferman de lo mismo porque sus vidas no son idénticas. La genética es lo que se nos da cuando nacemos, pero con esos genes podemos hacer muchas cosas: someterlos a tóxicos, tener determinadas conductas... Cuando pasas de ser un recién nacido a un anciano las alteraciones genéticas han sido pocas, pero ha habido muchos cambios biológicos epigenéticos.

--¿Qué incide en la epigenética?
--Muchos factores. El consumo de tabaco, las radiaciones intensas y otros elementos que están en el ambiente. Esos factores hacen que se activen o supriman genes. Por eso es más fácil modificar la epigenética que la genética. Cambiar los genes --los ladrillos del ADN-- es muy difícil.

--La medicina genética lo pretende.
--Sí. Pero todos sabemos que la terapia genética no ha sido muy exitosa hasta ahora. Cuesta mucho sustituir un gen enfermo por otro sano.

--¿Llegará antes la terapia epigenética que la que use los genes?
--Los tratamientos epigenéticos ya han llegado, pero no existe ninguna terapia genética que sea efectiva. Ya hay cuatro fármacos autorizados que reparan la epigenética de enfermos de leucemias y linfomas, dos cánceres de la sangre. Esos medicamentos revierten los factores que hicieron que una célula normal se volviera cancerosa. La reprograman.

--¿Se ha sobrevalorado la genética?
--Una de las razones por las que me dedico a la epigenética es porque vi que la genética no me daba las respuestas que quería.

--¿Un gen con predisposición a crear un tumor no actúa si no interviene un factor epigenético?
--Hay genes que contribuyen al cáncer cuando quedan activados o suprimidos. Esa activación o supresión depende de la epigenética, del estilo de vida de cada cual. Es como una partida de cartas: tú puedes tener unos naipes magníficos, pero si eres mal jugador, perderás. La genética solo indica la predisposición.

--¿Es poco determinante?
--Los genes detectan con precisión a las personas que desarrollarán un cáncer hereditario con toda seguridad, las de elevado riesgo, pero esos son una ínfima parte de todos los tumores de la humanidad, menos de un 10%. La genética no explica el 90% de los cánceres, ese 90% que se llaman esporádicos. La epigenética permitirá conocer, como mínimo, el 50% de las causas de un tumor.

--¿Con qué proyecto empieza aquí?
--Con la búsqueda del epigenoma. Se ha descifrado el genoma de cuatro personas, pero ningún epigenoma. Es un proyecto caro, porque cada tipo de célula --del ojo, del corazón, etcétera-- tiene un epigenoma distinto. La variabilidad es inmensa y el coste de la investigación se multiplica. Mi objetivo es conseguir epigenomas humanos completos, que nos darían una idea de todas las enfermedades. Sería un mapa. No sabríamos cómo llegar a los países, pero tendríamos el mapa.